El auge de la música indie también llegó a los más chicos y allí surgieron bandas como el dúo Chumi Chuma, apadrinado por Vetusta Morla, Petit Pop y Furious Monkey House banda montada por cinco alumnos con la ayuda de su profesor.

Hay vida en la música infantil más allá de los Cantajuegos y sucedáneos, como muestra el creciente número de iniciativas de artistas, sobre todo del ámbito indie, empeñados en recuperar el espíritu musical de La bola de cristal y en crear discos de calidad para niños “que no torturen a sus padres”.

Vetusta Morla tamnbién se sumó a este movimiento, al saltarse sus premisas y editar por primera vez bajo su sello discográfico una referencia ajena, el libro-disco ¡¡Baila sin parar!!, que es obra del dúo Chumi Chuma, integrado por un músico de largo recorrido junto a Russian Red y Fuel Fandango y un monstruo peludo, ciclópeo y melómano.

“Encontramos a Chuma de manera accidental en un concierto de fin de gira de Vetusta Morla y luego este conoció a Alberto Rodrigo, alias Chumi, quien trataba desde hace tiempo de crear algo para toda la familia, esquivando la idea de que la música para niños es solo para ellos e intentando que no sea una tortura para sus padres”, cuenta Juanma Latorre, miembro de la famosa banda madrileña. Beben de numerosos estilos musicales, de la electrónica a la música de los 50, pasando por el rock & roll, el blues y el influjo de T-Rex. Según Latorre, “es un error pensar que la sencillez ha de ser simpleza” y que “conceptos como armonía o ritmo trascienden edades”.

El mismo ánimo de unir a toda la familia escuchando la misma música impulsó Petit Pop, formado hace años por miembros de grupos como Pauline en la Playa, Nosoträsh, Undershakers, Edwin Moses o Penelope Trip. “Hasta el momento en que nos tocó buscar música para ponerles a nuestros hijos, no nos habíamos percatado de ese gran vacío que existía en lo que se refiere a música familiar”, cuentan desde la banda.

Sus temas nacen de la idea de que “los niños no tienen prejuicios y se acercan a la música de manera absolutamente libre, lo que hace que pasen por el punk, el pop, el rock & roll, el glam o el folk en un mismo concierto, disfrutando todas y cada una de las fórmulas, algo que sería casi impensable en un concierto de adultos”.

El mismo éxito que experimentaron Furious Monkeys House en su debut hace algunos años. Formado por cinco niños gallegos y su profesor de música, Gonzalo Maceira (“el mono furioso”, al que alude su pseudónimo artístico), se han hecho famosos desde las ondas de Radio 3 por su rock noventero y su paso por varios festivales. “Cuando Carlota (la batería) se cruzó en mi vida a la edad de 5 años, no sabía muy bien cómo enfocarla. No era una alumna nada fácil de contentar y muchas de las canciones que le presentaba se le hacían aburridas y no conectaban con ella en un punto de expresión musical verdadero. Mi elección fue empezar a trabajar la creación”, recuerda Maceira.

Lo cierto es que estas bandas siguen creciendo y posiblemente en cualquier momento volvamos a tener noticias de ellos.

Fuente: 20 minutos