Después de 139 años, los usuarios deberán adquirir un servicio que funcione a través de Internet.

“Todo concluye al fin, todo termina”, dice la canción. Y como le pasó al telégrafo y a otros dispositivos, ahora la telefonía fija dejará de existir en Francia.

Según informó el diario Le Parisien, la empresa Orange, a cargo de la telefonía en el país europeo, será la encargada de hacer la transición para que queden disponibles solo aquellas líneas que funcionen con conexión directa a Internet.

A partir del 15 de noviembre, los usuarios que quieran un teléfono en su casa deberán pedir un aparato que funcione con la tecnología IP. En el 2023 empezará a desaparecer totalmente la red de cables telefónicos.

En la actualidad hay 20 millones de usuarios de telefonía fija en todo el país, una cifra que viene disminuyendo año a año por el poco uso y por las molestias en las llamadas con fines comerciales.

De ese total, la mitad de los abonados no tiene acceso a Internet, por lo que la empresa propondrá un servicio de triple play, que incluya telefonía, TV por cable e Internet. “Para ellos habrá equipos simplificados”, afirmó Laurent Benatar, director del Sistema de Información de Orange en declaraciones a Le Parisien.

“Gente poco habituada a las nuevas tecnologías, pienso en los ancianos, se encontrarán sin teléfono, justamente como se encontraron sin televisión en el momento del paso al digital terrestre. Habrá que vigilar para no dejar en la calle a nadie”, dijo el abogado, experto en comunicaciones, Olivier Gayraud a Le Parisien.